En el Sport Social Club de Villa María, los resultados y los campeones ya están. Por el lado de las chicas, el Women’s Circuit que repartió 10.000 dólares en premios quedó en manos de la chilena Fernanda Brito, que superó a la juvenil argentina Julieta Estable. En la rama masculina, el cordobés Franco Agamenone consiguió el primer título profesional de su carrera al vencer a Hernán Casanova. Sin embargo, más allá de los resultados, las historias que sucedieron en la localidad cordobesa son las que perdurarán en la memoria de EfectoTenis. Cinco historias propias del primer escalón del profesionalismo, un mundo lleno de técnicas para ahorrar dinero. Un universo repleto de particularidades que hacen honor al denominado “tenis pobre”.
EL COACH QUE VOLVIÓ A SER TENISTA POR UN RATO
Después de cinco años desde su retiro, Germán Gaich, ex jugador y actual coach de Eduardo Schwank, volvió a sentirse tenista. Paradójicamente, entrenador y pupilo eligieron el mismo torneo para su vuelta. En el caso de Schwank, quien hace poco menos de un año sufrió múltiples fracturas mientras andaba en bicicleta en Suiza, durante el torneo de Gstaad, la vuelta fue después de diez meses. Para Gaich volver a jugar es algo pasajero. Él dejó de ser profesional hace media década. En Villa María, ciudad de donde es oriundo, el ex tenista de 28 años probó suerte en la clasificación del Future celebrado en el Sport Social Club, institución donde aún da clases. Allí, el “jubilado” pasó la qualy.
Su mejor ranking fue 740° ATP, en 2009.
“Cada vez que el torneo se realizaba acá me tocaba estar de viaje o trabajando fuera de casa. Este año me tocó en Villa María, así que saqué la raqueta y me divertí un poco”, relata Gaich, quien tuvo que pagar los sesenta dólares del IPIN (número de identificación ante la ITF, una especie de DNI del tenis), requisito indispensable para jugar un torneo profesional.
“Entrenado para jugar, no. Uno siempre está en la cancha, con los chicos, pero estaba totalmente fuera de ritmo. Físicamente mal, pero anduve mejor de lo que creía”, señala Gaich, que en la clasificación venció a Agustín Ozcoidi, Mauricio Pérez Mota y, en la última ronda de la fase previa, a Gonzalo Lavaselli. Tres partidos en tres días. Todo ésto cinco años después de su retiro. Le dolían hasta las muelas (?).
Schwank, bajo la mirada de Gaich.
El martes, una vez en el cuadro principal del Future de Villa María, Gaich sintió el trajín de varios partidos en el desacostumbrado lomo. “En primera ronda venía jugando muy bien hasta el 5-3 donde tuve set point. Se me escaparon un par de bolas. El físico venía muy tocado durante esos días. Se me fue 7-6 y para el segundo quedaba poco resto. Seguí luchando pero sin intensidad”, manifiesta sobre el match que perdió ante Gustavo Vellbach por 7-6 y 6-2.
“Terminaba el partido y me internaba en la sala de kinesiología. Una hora mínimo. Ni en la época de jugador hacía eso. Acá me dolía todo. Todo, todo. Espalda, brazos, piernas. Me acostaba a dormir a las nueve de la noche, algo que no realizaba hace más de diez años”, describe con humor el cordobés.
“Es raro, pero es lindo. Para nosotros, los ex jugadores, esos momentos de adrenalina, de sentir esa presión de la competencia, es lo que se extraña un poquito. Se disfrutó y sufrió. Por más que ya estaba relajado y uno lo juega para divertirse, en ese momento, no querés perder”, le comenta a EfectoTenis el ex entrenador del bellvillense Pedro Cachin.
“Uno sigue ligado al tenis y ahora estoy en la etapa de entrenador. La adrenalina está. Fuera de la cancha. No es la misma, pero se sufre. Muchas veces terminan los partidos de los chicos que estoy entrenando y termino cansado como si hubiese jugado”, cierra Gaich, que en su Villa María jugó un rato a ser tenista.
ANA GOBBI, ENCORDAR RAQUETAS PARA GANARSE UNOS PESOS
“Llevo la máquina a los torneos. De paso, ya que me encuerdo mis raquetas porque sino me sale muy caro, también les encuerdo a otras chicas. A las que me pidan. Les cobro menos de lo que sale en el torneo”, dice con simpleza Ana Victoria Gobbi, tenista argentina de 18 años que consiguió fabricarse su “changuita” durante los torneos. El objetivo conseguir dinero para solventar la carísima carrera.
“Hace dos años me compré la máquina. Arranqué sola. Hacía cualquier cosa. La primera vez, la raqueta quedó con dos cuerdas menos, un desastre. Después, en un torneo, me enseñó una chica y de los errores fui aprendiendo”, comenta Gobbi, campeona de dobles en Villa María.
“Como acá sale caro, ellas me dicen, ‘che, ¿me encordás?’ Yo les cobro la mitad o menos. Les conviene a ellas y también a mí”, señala la comerciante tenista que vio el nicho donde podía sacar provecho. Agarrate Luis Pianelli (?).
MARIANA DIAZ OLIVA Y SUS CHICAS APUESTAN POR EUROPA
Una de las misiones imposibles con la cual convive el tenis femenino sudamericano es realizar una gira sin interrupciones. Hasta ahora, el Women’s Circuit celebrado en Villa María fue el segundo del año, y no hay otro dentro del calendario ITF 2015. ¿Qué hacen las chicas entonces? La respuesta está en quién tiene la billetera más gorda.
Algunas deciden jugar los torneos Haciendo Tenis (no otorga puntos WTA), donde ganan algo de dinero y sobre todo no pierden el ritmo de competencia. Otras apuestan a Brasil, la gran potencia de la región. Y las últimas, obviamente en menor cantidad, rompen el chanchito, sacan la chequera, levantan el colchón (?) y viajan hacia el Viejo Continente.
Farfán, Díaz Oliva y Estable.
Mariana Díaz Oliva, ex jugadora y actualmente entrenadora en Banco Nación, club ubicado en Vicente López, es una de las formadoras que apuesta por el futuro de las jóvenes tenistas argentinas. Díaz Oliva -42° WTA en 2001- entrena a Julieta “Tita” Estable (15° ITF), Ailén Crespo Azconzabal, Daniel Farfán y la encordadora (?) Ana Victoria Gobbi. Éste jueves, el grupito viaja a Europa donde disputarán algunos torneos en Croacia, Serbia y Rumania, países más baratos para la supervivencia.
Principalmente, la bonaerense de 39 años cree que sus jugadoras deben tener la chance de probar. La oportunidad de ver si se aguantan tres meses de gira. La ocasión de mejorar. “Es una gira para ganar experiencia y hacerse fuerte”, señala Díaz Oliva que charló largo y tendido con EfectoTenis.
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Ph: Clarin Vicente López.
PEPE LORCA, COACH Y RETRATISTA
Si decimos que en el mundo Future hay de todo, créanlo. Es así. En el restaurant del Sport Social Club de Villa María, el coach de la Academia de Parque Norte, “Pepe” Lorca, dibuja. Pepe no ilustra cualquier cosa. En la mesa donde hace un rato unos desvencijados viejitos conversaron fervientemente del Superclásico del fútbol argentino, Lorca le hace honor a su otra profesión, la arquitectura.
Juan Ignacio Ameal.
El actual coach de Juan Ignacio Ameal, Mariano Kestelboim, Valentino Caratini, entre otros, trasladó los diseños de coches, muebles y casas que hacía como arquitecto para hacer retratos de tenistas. Un pasatiempo que lo distrae en las giras.
Tita Estable.
“El primero que se parecía un poco fue uno que hice de Cortázar”, confiesa Lorca, quien anteriormente realizó 200 fallidas caras de la revista “Cosmopolitan”. Y agregaba: “Si puedo enseñar tenis, también puedo aprender a dibujar retratos”.
El retrato de la brasileña Carolina Alves Meligeni.
FINALISTA CON SOLO UNA RAQUETA
Hernán Casanova, uno de los finalistas del Future de Villa María, definitivamente debe tener un record para agregar al libro de los Guinness: llegar a la final de un torneo profesional usando tan solo una raqueta. Lo más llamativo –o no, pensando que son Futures, es decir, el “tenis pobre”- es que no lo hizo por elección, por cábala, sino porque era la única que tenía.
Casanova y su única raqueta.
“Vengo de jugar en Chile y tenía una raqueta. Va, tenía tres, pero solo una bien, las otras estaban viejas, vencidas porque ya las tenía hace tres años. Volví de allá y me iban a dar una nueva, pero no tenían (usa una medida más corta que la convencional). Un amigo me prestó una, pero era dos modelos anteriores. La otra estaba arreglada”, le dice a EfectoTenis “Herni”, de 21 años, quien por dentro debe rezar diez Ave María y quince Padre Nuestro para que no se le corte el encordado (?).
Agamenone y Casanova, luego de disputar la final del singles.
Además, el rebusque de Casanova es admirable. Las raquetas “se las dá” Babolat; la ropa, una amiga de su madre que trabaja en la firma deportiva Topper y de vez en cuando le saca alguna que otra pilcha. Mientras que los viajes los cubren “mamá, papá, la familia”. Así y todo fue finalista del Future de Villa María. Ganas.
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